Los caballos de David Noalia, varias historias de amor

Siento que David es el Picasso/Leonardo del siglo XXI, por eso vi la necesidad de escribir esta historia. Para ver las obras de David en directo o más información, llamarlo al teléfono +34-608-415-393 o escribirle a davidnoalia@gmail.com

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Desde que conocimos a David Noalia en 2013, siempre habíamos hablado sobre la posibilidad de adquirir una de sus obras. Han pasado cuatro años y la fama de David va creciendo, su don innato consolidándose, adquiriendo una fuerza alucinante, que a mí, por lo menos, me parecía cada vez más lejano ver una de sus obras en nuestra casa.

Fue así como decidí llamarlo una semana antes de nuestro aniversario de matrimonio, ya que salió de nuevo en nuestra conversación la idea de que teníamos que visitarlo. Pero siempre, hablábamos en el aire, sin concretar.

Nuestro aniversario era la excusa perfecta, pues hacía tiempo que no sorprendía a Steve con algo, y casi nunca le he dado un regalo significativo, que justifique su precio y su materialidad.

Decidí escribirle a David y concertamos, después de unos cuantos WhatsApps, que lo iba a ir a visitar a su estudio el viernes al mediodía. A Steve le di la excusa que necesitaba el Berlingo que era más fácil de estacionar, para ir a la Biblioteca a dejar unos libros .
Slide2Al llegar al taller, situado en el centro peatonal de Bormujos, me encontré a un David sonriente que me recibió en la puerta. Al entrar me inundaron sus cuadros maravillosos, con su magia, su potencia, su energía impresionante. Vi con gusto como seguía explorando los cuadros en series de 4, 6 o 9 al más puro estilo Warhol. Esta vez, me llamó la atención un conjunto que había de cuatro caballos, con un color predominante cada uno: fucsia, azul, amarillo y naranja. Contemplé alucinada lo que veía.

Slide3Estaban la serie de retratos de hombres, uno de un jinete que se lo había visto online, y otro de un caballo colorinche que había sido el poster de una exposición que Steve y yo lo habíamos compartido en Instagram y Facebook; también estaba uno de sus últimos cuadros, el de su hija Noelia, lleno de transparencia y vapor, pintado con una delicadeza que transmitía el momento en el que fue engendrado, a la hora del

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desayuno, cuando los rayos del sol caían delicadamente en Noelia, quien jugaba con un vestido de Rossi, y David supo captar ese instante, primero con su móvil y luego en su pintura, lleno de texturas  visibles e invisibles.

Comencé a arrepentirme de haber ido sin Steve, pues ahora tenía que tomar la decisión sola, sin saber si lo que yo eligiera sería del gusto él.

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Comenzamos a hablar de lo humano y de lo divino, de su trayectoria desde la última vez que habíamos conversado y cómo sus experiencias me recordaban a los artistas italianos del siglo  XVI explotados por  Papas renacentistas. Me contó de su entrada a formar parte de la colección permanente del Hotel Alfonso XIII a través de un alumno que tuvo en la galería de Plaza de Armas, que es pianista del hotel. De los saltos  al vacío que ha tenido que dar nada más que aperado de una gran fortaleza y creencia en sus propios proyectos. Y cómo de pronto, los astros se están alineando y la gente, especialmente extranjera, ha comenzado a valorar su obra. De cómo sus cuadros están llegando a manos estadounidenses, japonesas, rusas, venezolanas e incluso a las propias manos de la nieta de Franco, Carmen Martínez-Bordiú.

slide5.jpgHablamos de sus precios y de su forma de cobrar. De los inicios de una página web para vender online DavidNoaliaGallery.com . De lo contento que está ahora que puede comprar materiales de buena calidad, buenos lienzos y pinturas. Que antes tenía que vender para comer, y que ahora se puede dar el lujo de vender en su medida, sin que se le suban los humos a la cabeza ni morirse de hambre. Cómo ha aprendido a conciliar la exploración y crecimiento de su arte, pintando temas que le gusta a la gente y que son vendibles, como lo son el caballo y el flamenco, temáticas que antes no había pensado en acercarse. Me mostró una obra en la que está trabajando, de una bailaora en tres movimientos, que se inspiró cuando miraba a una bailaora en un video en youtube. También me mostró otras dos obras de bailaoras flamencas que reflejan un movimiento, coloridos y energía únicos en David.

Hablamos de sus planes de comprarse una casa vieja, quizás no habitable para vivir, pero sí para tenerla de taller, donde pueda recibir a gente que quiera conocer su arte, y recibir the full Andalusian Art experience, en un pueblo del Aljarafe, en una “villa” española.

Hablamos de la idea de llevar a nuestros amigos gringos a su taller en enero, de sus rutinas de trabajo, de su agradecimiento por Rossi, su señora, que ha creído en él y lo ha apoyado en todo momento. En fin, hablamos de todo, hasta que tocamos el tema de qué quería llevarme.

David me preguntó, qué me apetecía. Yo le dije que todo me gustaba, y que obviamente había algunas obras que me alucinaban, pero que eran muy grandes y por supuesto, no teníamos ni el espacio físico ni el bolsillo para financiarlas, y la idea era tener una obra de él, para colgarla y verla todos los días de nuestra vidas.
Y él me dijo, muy delicadamente
—pero de lo que hay aquí ¿qué te gusta?

Slide6Y yo le dije inmediatamente, que me alucinaba el conjunto de caballos, y algunos de los retratos de hombres y el caballo colorinche del poster.

Él me miró sonriente y me dijo,
—¿qué tal si te llevas el de los caballos…?

Todavía que lo pienso, no me lo creo, pues nunca pensé que iba a volver a la casa con un tesoro tan grande, ni que David supiera tan claramente lo que mi corazón quería. Y me dijo que si andaba en coche me los podía llevar en ese instante. Me pidió disculpas porque no tenía ningún plástico ni nada para envolverlos y que le perdonara la cutrería. Y yo pensaba, nada, de nada, cubrir estas maravillas con plástico es una aberración. Me los llevo tal cual, dos en cada mano.

Slide4Y después de dos horas de alegre conversa salía del taller de David Noalia, noble artista, cargando mi gran tesoro. Caminando hacia el coche, la gente me miraba por la calle. El mozo del bar de la esquina ojeó los cuadros, no sé si pensando ah David vendió unos de sus cuadros, o mirando mi pinta, en buzo, pues había ido a andar en bicicleta en la mañana temprano, y no me había duchado, y con cuatro lienzos enmarcados caminando con una sonrisa y el pecho inflado, que creo no se podían camuflar. Y me sentí vulnerable con mi botín, pues sentía que cualquiera me podría asaltar y llevárselos o destrozarlos.

Al irme ,David me dijo:
Vosotros sois cuatro en tu familia, pues ahí tienes, uno para cada miembro de la familia.

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Y me dio una gran idea. Inmediatamente me empecé a imaginar los cuatro cuadros recorriendo mundos, uno en manos de Vincent con destino original Butte, Montana y el otro con Matilde, en Richmond, Virginia, mientras los dos restantes se quedarían juntos, en Valencina. Me empecé a imaginar los recorridos que podrían dar cada uno de ellos por separado y las aventuras y desventuras por las que podrían pasar. Pensé en su unicidad como obra de arte, como conjunto, y en su diversidad y diferencia como obras individuales, con su propia fuerza y colorido. Y sin embargo, unidos transmiten una magia, una alegría, un movimiento y una energía que por separado no tienen, pero cada uno en su individualidad tienen su belleza y magia propia. Y así pensé que es nuestra familia, fuerte, llena de energía, magia y alegría con integrantes que corren con su propia identidad y colores propios. Pensé que solo un artista como David podía representar con su arte lo que somos como familia y hemos formado como matrimonio. Y eso me parece maravilloso.

Imaginé los derroteros que podían recorrer cada uno de ellos, y que, en un futuro incierto, cuando todo esté reducido a megabytes, y números binarios, alguien encuentre uno y comience a hilar su historia y su relación con los otros tres, hasta que los reúna y vea reflejados en ellos, una historia de amor, o varias, la nuestra, la del artista, la de nuestros hijos y nietos. En fin, la historia de la vida, reflejada en Steve y en mí, en David y su arte, su compañera Rossi, sus hijos y quizás cuántos más tocados por su pincel.

Y es así como pensé cuál obra le pertenecía a cada quién:

January 1991 – Nov. 27th, 1993Steve – Blue

IMG_20171126_084228199.jpgWhen I first met Steve, I found him extremely attractive, and handsome. I fell in love with his laugh. He gave peace to my unquiet spirit. I think this horse in blue, represents those features in him. A gentle person, who instills balance, positive thoughts, firm values, endless humor, and a sense of moving forward with optimism in what is ahead of you.

January 1991 -November 27th, 1993- Pia – Fucsia

IMG_20171126_084112041.jpgWhen we met, Steve told me that I was bold. I didn´t know the meaning of that word. I remember I went home and looked it up in the dictionary. I was kind of shocked to think that I was considered bold, but I never forgot it. I think I am passionate, and with an endless energy for the unknown. Even though I don´t like red or pink in my clothes, I think this horse represent a little bit who I am, and who Steve saw when we first met.

March 26, 1996 – Matilde – Orange

IMG_20171126_084315455.jpgWhen Matilde was born, the midwife exclaimed: ¡Salió igual al papá! Es colorina!
When I saw this horse, I thought this is she. Orange. The perfect mix of blue and fucsia. Matilde inherited Steve´s perseverance, optimism, generosity, and confidence in the future. From me, the passion and relentless quest for the edge of things. She has the ability of being balanced and risk taker at the same time. She is a leader in search of answers, who is not afraid of the unknown, and will give herself completely for a cause.

October 24th, 1997 – Vincent – Yellow

IMG_20171126_084402507.jpgWhen Vincent was born, he was in permanent movement. Eventually he evolved to be our quiet American, raised to be resilient. When I look at this horse, I think of him. He is Matilde´s brother, thus the horse is more like hers than ours. Still, it´s a blend of Steve and me, of fucsia and blue, but in a subtle way. Yellow, with many blue strokes, and some little splashes of fucsia. He represents the calm after a storm, the gentleness of Steve´s manners, an extreme sensitive spirit that inherit from his mother, and the wisdom of his dad. He is the risk taker who will question everything, and will measure the consequences of his risks.

November 27th, 2017 – The McCann Alliende

IMG_20171126_084912934.jpgAnd here we are the four of us. Steve and I, who managed to raise some awesome kids, and have a wonderful family, thanks to what we brought from our own ancestors, cultures and backgrounds.

We are risk takers, we are in a permanent quest of trying to be better, to find the balance in our lives, in our relationships; we have the magic of firm and transparent strokes, and the energy of bold colors. We are in permanent movement, we are relentless and resilient. We are full of love.
We are the McCann Alliende.

Para ver las obras de David en directo o más información, llamarlo al teléfono +34-608-415-393 o escribirle a davidnoalia@gmail.com